viernes, 17 de septiembre de 2010

Los Adolescentes y la Inversion

El último mes esta columna ha estado dedicada a hablar de una de las tareas más difíciles que tenemos como padres: la educación financiera de los hijos. Es una tarea doblemente difícil. Porque, por un lado, es una misión para la que no estamos completamente preparados (muchas veces carecemos de los conocimientos financieros y/o de las armas para transmitirlos) mientras que, por otro lado, es casi una obligación de vida hacerlo: nuestros hijos van a vivir en un mundo en donde el buen manejo del dinero va a ser aún más importante de lo que fue y es para nosotros.

La buena educación financiera no sólo permite asegurar (o dar mayores posibilidades) el éxito financiero a nuestros hijos, también tiene implicaciones en nuestras finanzas como padres. El educar hijos con sapiencia financiera minimiza la ayuda o el auxilio económico que les vamos a tener que brindar en su adultez (que generalmente coincide con nuestra edad de retiro).

En las tres columnas pasadas hicimos un test para saber qué tan buenos educadores financieros somos, hablamos de los niños y de los adolescentes en su manejo del crédito. Esta semana toca a los adolescentes y la inversión. ¿Cómo enseñar a nuestros hijos a invertir el dinero?

El punto más importante a esta edad es enseñar a los jóvenes que la inversión es un arma fundamental para hacer crecer el dinero y maximizar su valor, pero no es un medio para hacerse millonario. Sobre todo en un mundo donde hay tanto énfasis en la riqueza y se ofertan tantos "productos financieros" que ofrecen riqueza rápida y garantizada (que más bien resultan en pobreza rápida y garantizada) es importante que entiendan que la riqueza se hace trabajando y que la inversión es sólo un arma de apoyo.

1)Ni tanto que queme al santo ni tanto que no lo alumbre: nunca satures de información y de presión a un adolescente, lo único que vas a hacer es ahuyentarlo. Mesura la información financiera que ofreces según el grado de interés que tu hijo demuestre.

2) Primero lo primero: empieza enfatizando que en el mundo financiero existe un principio básico: a mayor riesgo, mayor rendimiento y viceversa.

3) Empieza por aprender: asegúrate de saber lo que estás enseñando, conceptos erróneos pueden ser casi imposibles de borrar. Si tú no sabes de finanzas o inversiones, tómalo como una oportunidad para aprender juntos.

4) Ve a la moda: aprende de los instrumentos más comunes del mercado; hoy por hoy los fondos de inversión son instrumentos que empiezan a cobrar gran popularidad (y ésta va en ascenso), los ETF, el tema de las afores. Son instrumentos que, por sus características individuales, se adecuan a diversos tipos de necesidades y de caracteres, enséñale a tus hijos sobre sus beneficios.

5) Que juegue: los juegos que ofrecen diversos sitios de internet sobre inversión virtual pueden ser una manera muy cómoda, didáctica y divertida de empezar a probar los conocimientos, sin arriesgar dinero real.

 

6) En el momento de la verdad: cuando tu hijo empiece a invertir enfócalo a instrumentos conservadores, suficiente especula un adolescente con otros aspectos de su vida como para hacerlo con el dinero. Conforme pase el tiempo y vaya teniendo él o ella más seguridad en sus inversiones, que empiece a diversificar con instrumentos de renta variable.

Por último, no puedo acabar esta columna de Bicentenario sin un muy particular grito: ¡Viva la independencia financiera! ¡Viva la cultura financiera! ¡Viva el que cada uno de los mexicanos tengamos control e inteligencia sobre nuestro dinero! ¡Viva México!

No hay comentarios:

Publicar un comentario