Durante muchos años pensé que la lujuria no debía estar dentro de la lista de los pecados capitales. Primero porque en todos los cuadros y dibujos bíblicos y dantescos sobre el infierno la gente inculpada por lujuria parecía mucho más guapa y divertida que aquellos condenados por Avaricia o Soberbia y, en segundo lugar, porque mi naturaleza femenina me hace naturalmente lujuriosa (algo que considero un activo más que un pasivo en la contabilidad de mi vida).
Quizá esa lujuria intrínseca fue la que me llevó a estudiar economía y dedicarme a manejar “los dineros”. Varios estudios científicos recientes confirman que la sección del cerebro que se activa cuando pensamos o manejamos dinero, llamaba el cortex orbitofrontal, es la misma que se “prende” cuando pensamos en sexo o en otros corporales. Ambos deseos son tan primales- básicamente la necesidad de reproducción y de manutención- que el cerebro reacciona a ellas de manera muy similar.
Los Pecados Capitales se confunden con los mercados de capitales.
Y es justo aquí en donde las cosas se empiezan a complicar. Son tan similares que a veces confundimos los órganos con los que tomamos las decisiones: Nuestras acciones de dinero las definimos con el corazón (el órgano exacto no lo escribo en pro de hacer este post clasificación A).
Por eso cometemos dos de los mayores errores en finanzas personales, el primero avivado por la testosterona es con el que más pecan los hombres mientras que el segundo es típico de la naturaleza monetaria femenina (aunque ambos son cometidos por los dos sexos).
La lujuria por dinero, en su versión masculina, implica el buscar gratificación inmediata de nuestras decisiones financieras. Muchas veces somos víctimas de estratagemas financieros, o no leemos la letra pequeña de los instrumentos en los que invertimos, o buscamos la opción más riesgosa, porque lo que busca el cerebro es el éxtasis de lo inmediato. Aun cuando internamente sabemos que lo que estamos haciendo no es lo más adecuado, la posibilidad de tener más, más grande y más pronto nos empuja a tomar decisiones muy riesgosas, y potencialmente erróneas, para nuestro patrimonio.
En su versión femme, la lujuria financiera nos pone un antifaz y nos hace pensar que con el dinero vamos a poder tapar hoyos o carencias no monetarias que existen en nuestra vida. Por eso las mujeres somos mucho más proclives a cometer errores financieros garrafales cuando buscan enamorar o “conservar” a un hombre, ser víctimas de consumo compulsivo o tratar de arreglar los problemas “repartiendo dinero”, lo tengamos o no.
¿qué hacer? Romper la relación que existe entre el dinero y la lujuria es imposible. Sin embargo el simple hecho de estar conscientes del efecto cruzado entre el placer y las decisiones monetarias es un arma muy potente para ayudar a tomar mejores decisiones financieras en donde se separe la cartera del cortex orbitofronal. Cómo bien debería de decir el dicho… El placer es el placer y el dinero es el dinero.
Más Pecados capitales y su relación con el dinero… visita www.elpesonuestro.com para leer sobre la gula…mmmm
Muy cierto, muy cierto con la lujuria de los hombres, queremos rendimiento YA y creemos que leer la letra chiquita ANTES de firmar es perder el tiempo. Como mencionas, lo importante es distinguir el placer que nos da el dinero, el placer que nos dan las cosas que COMPRAMOS con el dinero y el placer de las cosas que no se compran. Esta diferencia hará que sepamos nuestra reacción ante diferentes situaciones y discernir entre lo necesario y lo que hacemos por impulso.
ResponderEliminarGran post, felicidades :)
La lujuria nos lleva a buscar (como bien dices) la gratificación inmediata, al costo que sea.
ResponderEliminarFinancieramente, luego la pagamos en abonos chiquitos y eternos, al doble del precio original.
Diferenciar entre lo que deseamos y lo que en realidad necesitamos, resulta ser la clave de poder tomar decisiones financieras sabias.
Y si, las decisiones financieras a veces se toman con órganos que nada tienen que ver con el cerebro, ni con el corazón....y que están un poquito más al sur.
Me encantó!
LA LUJURIA ES EL MAS EXQUISITO DE LOS PECADOS, GRACIAS A EL SE MUEVE CADA CENTIMETRO DE LA ECONOMIA MUNDIAL.
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