viernes, 20 de agosto de 2010

Amor por Contrato

El consumo conspicuo de los bienes de lujo es la medida en que medimos el valor de un caballero", así describía el economista Thorstein Velben en el siglo XIX, la importancia de lo que compramos. Aparento, luego valgo podríamos decir en pleno siglo XXI.


Por más que lo consideremos un cliché, es un hecho que el motor de la economía y la sociedad actual es el consumo.

El consumo para satisfacer necesidades, básicas y secundarias, que en algún momento se despega de la realidad y se convierte en consumir-para-ser (o consumir para sentir que soy).

En Estados Unidos hay una gran frase "We must keep up with the Jonses" (tenemos que mantenernos a la par que la familia Jones).

Consumir lo mismo que el vecino, o más que él, sin importar el precio, la tasa de interés o el costo que pueda tener...

Y es precisamente esa familia Jones la que llega a la pantalla en la película Amor por Contrato (The Joneses, en inglés) una película, que sin ser esta una sección de cine, vale mucho la pena recomendar porque es una de las mejores miradas, y una excelente manera de reflexionar, sobre lo que compramos, por qué lo compramos y las repercusión que nuestras decisiones de compra tienen sobre nuestra vida.

La premisa de la película es extremadamente ingeniosa: Los Jones son la familia perfecta, todos guapos y exitosos, que viven en la casa perfecta, manejan el auto perfecto y tienen todos los tiliches perfectos.

El estándar de uber-perfección que es envidiado, admirado e imitado por todos los que los conocen. Todos quieren lo que los Jones tienen.

Pero esa perfección es sólo una pantalla. Los Jones son, en realidad, un grupo de vendedores especializados que se encargan de "promocionar" los productos que ellos usan. Publicidad conspicua.

La trama se desarrolla desde ahí. Entre risa y risa (la película es realmente divertida, Demi Moore demuestra que realmente puede actuar y David Duchovny es espectacular) entra la reflexión personal ¿y yo porque compro lo que compro?

Esa es la pregunta de los 30 trillones de dólares (el valor del consumo privado en los hogares en el mundo) y es una de las preguntas a las que decenas de científicos, de diferentes ramos, han tratado de dar respuesta.

Los economistas analizan el consumo desde las leyes del mercado, los sociólogos por el impacto del medio en nuestras decisiones, los sicólogos lo atribuyen a motivos internos (y a la mamá), incluso la nueva ola de neurólogos-económicos, tratan de entender la manera en que el cerebro responde a los impulsos de las compras. ¿Quién de ellos tendrá la razón?

Quizá la respuesta exacta no sea tan importante. Todos vamos a seguir comprando. A veces por los motivos correctos, a veces por los incorrectos. A veces al precio adecuado, a veces pagando de más.

El secreto para volvernos mejores consumidores (y con ello, mejores manejadores de nuestro dinero) es que podamos siempre auto cuestionar nuestras decisiones de compra. Amor por Contrato es una excelente manera de empezarnos a preguntar

3 comentarios:

  1. Excelente como siempre Adina @AUDITOR_CIA

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  2. La acabo de ver, y en serio, sales pensando tus hábitos de consumo y de cómo la mercadotecnia va dirigida a aprovecharse de los vacíos de las personas. Buen blog! saludos :)

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  3. La acaban de estrenar por mi localidad y sin querer la he visto. Sin embargo, he quedado fascinado por el argumento y obviamente por Demi Moore jeje. Y creo que trasciende al consumismo, porque cuestiona incluso lo que uno tiene como plan de vida, es decir pasa a un plano existencial o metafísico que te hace sentir "desnudo" hasta cierto punto porque nos muestra tal y como somos. Asi que todos tenemos algo de los Jones.... jejeje

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